¡Una gran pregunta, Pablo! Pues verás, hay varias formas de conseguirlo. Elegir una u otra depende de la aplicación que estemos buscando. Por ejemplo, si queremos que vayan a un tipo de célula concreto, les ponemos una pequeña molécula (que llamamos «marcador» o «ligando») que le guste especialmente a las células en las que queremos que actúe. Esto hace que los nanorrobots y las células objetivo (que tienen «receptores» de esa pequeña molécula) sean capaces de reconocerse mutuamente. Otra posibilidad es aprovechar «gradientes» que pueda haber en el medio. Un «gradiente» es la variación gradual de una propiedad como puede ser el pH. De esta forma los nanorrobots van guiados por el gradiente hasta donde esa propiedad en concreto sea más alta o más baja. Finalmente, una opción muy común es dejarlos que vayan a su aire, se reparten por todo el sistema de estudio y luego los activamos solamente donde queremos que hagan su función, por ejemplo, si son nanorrobots fotosensibles (que se activan con luz), iluminando el punto exacto. 🙂
Comentarios