La ciencia como tal es igual en todas partes, ¡por eso es tan importante! Lo que cambia de unos sitios a otros es la forma de trabajar (no solo en ciencia). Lo que destacaría de ir al extranjero (a estudiar o a trabajar) es aprender distintos puntos de vista para afrontar los retos del día a día. Conocer y vivir diferentes culturas nos hace más receptivos y más abiertos de mente. Esto es fundamental para dedicarse a la ciencia y para casi cualquier aspecto vital. ¡Muy recomendable!
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